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  • Javier Díaz

Reiki es gratitud


Una de las premisas más poderosas que maneja el reiki es la gratitud. Es uno de los cinco principios. ‘Tan sólo por hoy sé agradecido’. Sin embargo, ¿qué implica el agradecimiento? ¿De qué modo lo integramos en nuestra vida? ¿Realmente es tan poderoso? Confieso que este año está resultando un descubrimiento permanente, un aprendizaje profundo, un despertar y abrir los ojos a la vida y a su verdadero sentido. Uno de ellos es precisamente la gratitud.

Dar gracias es algo que el ego rechaza de plano en muchas ocasiones. Se suele hacer por educación, por mera cortesía formal, porque las circunstancias obligan, pero pocas veces desde el corazón. Cuando me interno en esta faceta de la vida y me entrego a la gratitud le estoy diciendo a la existencia que todo está bien y que da igual lo que acontezca, que todo tiene un sentido profundo de aprendizaje.

En el reiki, cuando practicamos la imposición de manos, lo dejamos todo al devenir del universo, soltamos y permitimos que la energía haga su trabajo allá donde haga falta. La mente o la intención no deben meterse porque si lo hicieran con ellas irían las ideas preconcebidas, los prejuicios, las creencias, todo producto del ego. Con la gratitud ocurre lo mismo. Tiene que ver con soltar y confiar, tiene que ver con la certeza de que todo tiene su sitio, aunque sea doloroso.

Sí, porque agradecer es también reconocer que aquello que nos duele también guarda una enseñanza profunda en su interior. Esto la mente no lo entenderá nunca. La mente sólo busca el placer, evita al máximo las situaciones que pongan en peligro su supervivencia, pero resulta que muchos de los acontecimientos desagradables están ahí como maestros, como episodios que arrojan luz donde tenemos oscuridad.

Agradecer es también reconocer lo que tengo. Muchas veces buscamos la abundancia fuera de nuestras fronteras corporales, lejos de nuestro sitio, sin darnos cuenta de que la tenemos por toneladas en nuestro interior. El sistema económico nos hace creer que necesitamos muchas cosas para ser felices y eso no es cierto porque además, aquello que nos hace sentir bien difícilmente se puede comprar. Hay muchas cosas por encima del ser humano con las que no se puede mercadear. La bondad, la risa, el amor, las caricias, la paz, los paisajes…

¿Cuánto de eso tienes en tu vida? Da las gracias si tienes mucho, porque entonces eres rico, pero da las gracias también si posees poco, porque esto te enseñará aquello que te falta. Cuando damos reiki a otra persona por el simple gusto de compartir también damos las gracias. Es una suerte poder sanar, aunque sea por breves instantes, a los demás. Eso quiere decir que tenemos mucho para ofrecer.

Tengo unas manos que me ayudan a agarrar cosas, la vista para reconoceros, para disfrutar de vuestra sonrisa, tengo dos piernas para caminar entre los bosques, dos pulmones para respirar este aire puro, tengo mis oídos para escuchar música, sentidos para captar la realidad, los sabores, los olores, las texturas de la vida, tengo tantas cosas que sólo puedo dar gracias, desde el infinito presente, desde el corazón, doy gracias al universo por poder compartir estos momentos con vosotros, porque cada momento es único, porque cada persona es un mundo que merece la pena conocer, por todo ello, gracias.


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